miércoles, 17 de diciembre de 2014

Raquel Alcalá, exalumna del CP Tomás Alvira de Zaragoza, participa en la entrega delos premios Nobel



Se encuentra actualmente estudiando e investigando en Estocolmo, dónde cada año un grupo de jóvenes estudiantes, científicos e investigadores son premiados con su participación en la entrega de los premios, animándoles a continuar su labor porque por su trayectoria ellos podrín ser un día los premiados

Noticia del Heraldo de Aragón:

Entre grandes pensadores e inventores. Así se encontró Raquel Alcalá en la ceremonia de entrega de los premios Nobel celebrada esta semana en Estocolmo. “La experiencia de estar en la misma sala que los galardonados además de otras personalidades y el poder compartir unas palabras con ellos es algo único”, resalta esta estudiante zaragozana que cursa un máster en Ingeniería Ambiental e Infraestructura Sostenible en el Royal Institute of Technology en Estocolmo. Al mismo tiempo asegura que fue un evento único e irrepetible. “¡Nunca lo olvidaré!”, afirma.

Y no es para menos, puesto que es la primera vez que una estudiante no sueca participa en este acontecimiento. “Los encargados de elegir y organizar a los estudiantes querían darle un toque más internacional, así que pensaron que sería interesante seleccionar a una persona que representara la multiculturalidad de los estudiantes universitarios de Suecia”, explica Alcalá. Por ello, el organizador se puso en contacto directamente con ella.

Esta joven zaragozana de 26 años fue la encargada de encabezar al grupo de estudiantes suecos que participaba en el acto. Su principal función era dirigir a los galardonados hacia el escenario para que recibieran su premio, el denominado “Konsert Huset”. Pero su labor no terminó en el acto de entrega, posteriormente se desplazaron hasta el Ayuntamiento para asistir a la cena de gala. “En un primer momento los estudiantes recibimos a los galardonados y a la familia real en una sala aparte, para después acompañarlos en un desfile hasta el comedor principal, donde se desarrollaría la cena”, explica emocionada.

Sin embargo, un acto de tal envergadura no estuvo exento de complicaciones. “La falta de tiempo para ir de un edificio a otro fue el mayor problema”, señala. Aunque después de poder dialogar y escuchar las reflexiones de los galardonados, todo se vuelve mágico. “Nunca se me había pasado por la cabeza poder participar en este evento, de hecho, al principio no tenía ni idea de que acudían estudiantes universitarios, pero fue espléndido”, resalta.

Los premios Nobel han ganado una adepta más. “Hasta ahora solo había visto los momentos más relevantes, que es lo que aparece en los medios de comunicación”, sostiene. No obstante, después de haber participado en todo el proceso, la imagen cambia. “Por supuesto que me encantaría repetir”, recalca. Sin embargo, lamenta que no será posible, puesto que este año termina el máster de ingeniería ambiental que está haciendo en el KTH Royal Institute of Technology, y para repetir la experiencia tendría que seguir siendo estudiante.

Una etapa que parece estar llegando a su fin y en la que ha podido vivir momentos históricos como es la celebración de esta ceremonia, a la que no todo el mundo tiene acceso. "En un futuro me gustaría dedicarme al mundo de la investigación y hacer un doctorado", sostiene.  Y quién sabe, quizá en unos años las puertas del Konserthus de Estocolmo se abran para que reciba su premio. "Está claro que es el sueño de cualquier científico, pero eso es algo que solo está al alcance de unos pocos".

viernes, 12 de diciembre de 2014

Origen de los lapiceros



¿Sabías que el origen de los lápices se remonta a una tormenta en el siglo XVI?
Rosa Menéndez y Clara Blanco* en http://bit.ly/1wOILnW
Para crear la barra de pigmento se usa grafito mezclado, generalmente, con arcilla. Para crear la barra de pigmento se usa grafito mezclado con otros materiales, generalmente, con arcilla.
En 1564 una fuerte tormenta derribó unos árboles cerca del poblado de Borrowdale en Inglaterra y dejó al descubierto una sustancia negra, de aspecto mineral, desconocida hasta aquel momento. Era una veta de grafito natural o plombagina: ‘plomo negro’, como se le denominó entonces por tener el mismo color gris oscuro que el plomo. Los pastores de los alrededores comenzaron a usar trozos de este material para marcar a sus ovejas, al tiempo que otros habitantes con visión comercial empezaron a partirlo en forma de bastoncillos que luego vendían en Londres bajo el nombre de ‘piedras de marcar’. Estos bastoncillos presentaban dos grandes inconvenientes: se rompían con facilidad y manchaban mucho (las manos y todo lo que tocaran). Al principio, el problema de la suciedad se resolvió enrollando un cordón a lo largo del bastoncillo de grafito, para ir quitándolo a medida que se gastaba. Después comenzaron a usarse trozos de madera con una oquedad en la que se insertaba la barra de grafito, dando comienzo así al germen de lo que más tarde sería el lápiz.
A mediados del siglo XVIII, el grafito (esferoidal) se usaba también para la fundición de cañones, por lo que se convirtió en un mineral estratégico, de manera que robar un trozo podía llegar a castigarse incluso con la pena de muerte. La escasez de grafito en Europa obligó a buscar soluciones alternativas a la fabricación de lápices. En 1760, Kaspar Faber, artesano de Baviera, mezcló el grafito con polvo de azufre, antimonio y resinas hasta obtener una masa que, moldeada en forma de una vara delgada y tras ser horneada, resultaba más firme que el grafito puro. Con el tiempo, se fue mejorando la calidad de estas barras de grafito al incorporarles otras sustancias tales como la arcilla.
Cuanto más grafito se utilice en su elaboración, más blando y oscuro es el trazo del lápiz.
Fue Nicolás Jacques Conté, químico, ingeniero, militar y pintor francés quien por encargo de Napoleón Bonaparte, en 1795 añadió por primera vez arcilla al grafito: con las cantidades adecuadas se podía modificar el grado de dureza de las minas. Cuanto más grafito se utilizaba más blando y oscuro era el trazo del lápiz.
La invención del lápiz también se atribuye a Josef Hardtmuth, un arquitecto austriaco que sumergía la mezcla de arcilla y polvo de grafito, una vez cocida, en un baño de cera. En 1792, Hardtmuth fundó su propia empresa en Viena. En 1812, William Monroe, un ebanista de Concord (Massachusetts), fabricó una máquina para producir tablillas semicilíndricas de madera de cedro de 16-18 cm de longitud, con una estría central, pegando las dos partes a una mina hecha con una mezcla de grafito y arcilla. Así fue como nació el lápiz tal y como lo conocemos en la actualidad.
* Rosa Menéndez y Clara Blanco son investigadoras en el Instituto Nacional del Carbón del CSIC. Este texto está extraído del prólogo de El grafeno (CSIC-Catarata), donde hacen un repaso por lo que se sabe hasta el momento de este sorprendente material.
ALVARO LÓPEZ COSSIO

miércoles, 3 de diciembre de 2014

AVANCES EN ROBÓTICA



PROYECTO METERON
El congreso Humanoids 2014 debate la posibilidad de llevar estas máquinas a Marte controlados por astronautas en órbita. Un programa de la ESA planea dar el primer paso en esta dirección.
La primera pisada en Marte será humanoide. Así lo pronostica Alin Albü Schäffer (Timisoara, 1968) investigador del Centro Aeroespacial Alemán y uno de los ponentes estrella del Humanoids 2014, el congreso de robótica humanoide más importante a nivel mundial que se celebró desde el martes y hasta ayer en el Hotel Meliá Castilla de Madrid. Schäffer defiende su punto de vista con cifras de peso: "Costaría 239.000 millones de euros mandar a un hombre a Marte. Lo que sí podemos hacer es que esos hombres orbiten en torno al planeta y controlen robots humanoides".
El sueño está lejos de ser una idea de ciencia ficción. Es un proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) con colaboración de la NASA que ya tiene nombre y fecha. METERON: red de operaciones robóticas multipropósito de principio a fin. Es decir, autómatas en la superficie de un planeta controlados por un operador humano en tiempo real. "Empezaremos controlando un robot simple con un joystick a finales de este año. El robot estará en la Tierra y el astronauta en la Estación Espacial Internacional (ISS). Luego iremos escalando los dispositivos", explica Schäffer. Tabletas con instrucciones preprogramadas que solo hay que pulsar en un menú para lograr que el humanoide actúe. Y, para finales de 2015 o principios de 2016, un exoesqueleto, es decir, una prótesis que recubre una parte del cuerpo para poder transmitir remotamente el movimiento del miembro a una máquina.
HUMANOIDS
MADRID, ESPAÑA (19/NOV/2014)- La robótica humanoide, dotada de aspecto antropomórfico y funcionalidades humanas, está dando pasos de gigante a la hora de convivir con el hombre en tareas tan cotidianas como la asistencia a ancianos, el entrenamiento terapéutico, el suministro de fármacos a enfermos o la vigilancia de niños en casa.
Más de 400 expertos participan en el congreso de tres días inaugurado en Noviembre en Madrid sobre robótica humanoide, llamado "Humanoids", considerado el más importante del mundo en este campo, y que ha sido organizado por la Universidad Carlos III.
Esta es la decimocuarta edición de este congreso, que está auspiciado por el Institute of Electrical and Electronics Engineers y Robotics and Automation Society (IEEE-RAS).
La cita se celebra cada año en un continente y en esta ocasión, por primera vez en España, bajo el tema "Los humanos y los robots cara a cara", con el objetivo de demostrar las destrezas de esta tecnología en entornos cotidianos.
Participan personalidades como el japonés Masayuki Inaba, de la Universidad de Tokio; Alin Albu-Schäffer, director del departamento de robótica del Centro Aeroespacial en Alemania (DLR); Jerry Pratt, del Instituto de Cognición Hombre-Máquina de Florida (IHMC) en Pensacola (EE.UU.), y el español Carlos Balaguer, del Robotics Lab de la Universidad Carlos III de
Madrid.
También reúne a robots humanoides con grandes destrezas para el reconocimiento humano con sensores muy avanzados para interactuar con el entorno y sistemas de navegación de última generación para sortear de forma autónoma obstáculos y reconocer a las personas sin hacerles daño al pasar junto a ellas.
DAVID VILLACAMPA RUIZ

Electrónica flexible, hasta un 50% más duro que el acero



El desulfuro de molibdeno es un material parecido al grafito, muy abundante en la Tierra y que se ha revelado como una de las claves del futuro de la electrónica flexible, al presentar mejores rendimientos que los semiconductores orgánicos utilizados hasta el momento. Ahora un grupo de investigación español y holandés ha estudiado las propiedades mecánicas de este material en un trabajo pionero publicado en la revista Avances Materiales.
Para estudiar este prometedor material los científicos de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Tecnológica de Delta (Países Bajos) crearon láminas hasta cien mil veces más delgadas que un folio de papel y estudiaron su comportamiento con un microscopio de fuerzas atómicas. Con él consiguieron determinar la fuerza necesaria para deformar la membrana y romperla. Según el trabajo de los científicos, las nano láminas de desulfuro de molibdeno son hasta un 50 por ciento más duras que el acero con la peculiaridad de que son "sorprendentemente flexibles".
Estas propiedades abren un mundo de posibilidades para la electrónica del futuro, pues utilizando plásticos como sustratos, capas ultra finas de compuestos como el desulfuro de molibdeno o el grafema pueden actuar mejor que los semiconductores actuales. Además, como indican desde la Universidad Autónoma, sus aplicaciones no solo se limitan a envases y revistas con pantallas flexibles, sino que también podría utilizarse para crear sensores versátiles como por ejemplo para controlar los daños estructurales de un edificio o adheridos a la ropa para monitorizar pacientes.
El desulfuro de molibdeno proviene de la molibdenita, un mineral muy abundante similar al grafito tanto en apariencia como en tacto, que se produce en depósitos minerales hidrotermales de alta temperatura.

HÉCTOR VELASCO

martes, 2 de diciembre de 2014

Insectos robot que sobrevuelan las ciudades absorbiendo CO2 de la atmósfera


Aunque el dióxido de carbono (CO2) no es un gas tóxico, se considera que es uno de los principales causantes del efecto invernadero. Actualmente existen numerosas investigaciones y desarrollos dirigidos precisamente reducir las emisiones y absorber el exceso de CO2 en la atmósfera.
Además de su origen natural -por procesos geológicos o por la respiración de los seres vivos-, el CO2 también es uno de los gases que se emiten a la atmósfera al quemar combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.
Precisamente la absorción de CO2 es la causa que ha motivado el proyecto “-CO2” ideado por el grupo de diseñadores NasDra de Hong Kong. La propuesta es todavía un diseño conceptual, bastante espectacular, pero de momento adelantado respecto a la posibilidad de hacerlo realidad a corto plazo.
Drones con aspecto de insectos
El proyecto consiste en desarrollar una especie de drones, de vehículos aéreos no tripulados, con aspecto de insecto y totalmente mecánicos que pueden moverse libremente por la ciudad y situarse en distintos puntos de ella para capturar la contaminación del aire.
En su morfología las alas de estos insectos robot están recubiertas de una pintura formada por un polímero capaz de atrapar el CO2 presente en el aire durante las horas de sol, utilizando un proceso parecido al de la fotosíntesis que hacen las plantas.
De hecho, esa absorción de CO2 fomenta el crecimiento de plantas en las alas artificiales de los robots que funcionan a su vez como filtros para el aire y cuyo desecho en forma de CO2 también es absorbido por el polímero que impregna las alas.
Así funcionan los robots
Durante la noche los robots pueden aprovechar puntos de luz artificial de la ciudad para mantener el proceso de fotosíntesis de las plantas liberando parte de ese CO2 en ellas.
El CO2 atrapado también puede trasladarse y extraerse aplicando temperatura sobre el polímero en un proceso inverso para extraer el CO2 y aplicarlo en la producción de metano y otros combustibles, mientras que los residuos originados por las plantas pueden resultar en biogás.
Parte de la energía atrapada y recolectada por los robots se utilizaría en hacer funcionar a los drones, en un proceso que, idealmente, los haría autosuficientes; recolectarían su propia energía, filtrarían la polución atmosférica y además contribuyen a la producción de combustibles.
Según sus creadores, la inspiración para este tipo de drones, y la tecnología en la que se basan, procede del desarrollo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California sobre "polímeros capaces de absorber el CO2 del aire y liberarlo de forma controlada aplicando la temperatura adecuada (en torno a 85º) resultando en aire con una alta concentración de CO2 apto para la producción de metano y en agricultura".
El dióxido de carbono tiene numerosas aplicaciones en un amplio número de sectores, desde el agrícola y alimentario a la industria y a la sanidad, incluso en el tratamiento de las aguas residuales.

MARCO GARCÍA LATRE